
A veces se ve tan lejano el final del camino... Has caminado tanto y aún no ves con claridad dónde termina. Sientes como si lo que hubieses avanzado no fuera nada, te sientes cansado, tu corazón está acelerado, tu frente mojada en sudor, tu garganta se siente seca; y de pronto, divisas una casa hermosa en donde puedes descansar. Allí encuentras una agradable persona que te ofrece agua y comida... Luego te facilita una bicicleta para alivianarte el viaje... Ahora todo es más fácil.
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